lunes, 23 de octubre de 2017

"Halloween" 7 razones para no satanizar esta celebración

Esta fiesta suele levantar cierta polémica, sabemos que no es mexicana, que incluso es hasta mal vista entre algunos sectores de la población por considerarla un tanto malinchista e incluso haya quien se opone a su celebración por motivos religiosos. Sin embargo, la celebración de Halloween ha trascendido estos prejuicios y hoy en día es aceptado como un festejo alegre en muchos lugares del mundo. 



A continuación, te dejamos 7 razones para no satanizar esta celebración: 


Su nombre 

Hay muchas leyendas sobre su nombre y el origen, sin embargo, la más exacta y con registros se remonta a la tradición católica celta de la Víspera de todos los santos (en inglés, All-Hallows Eve), la noche anterior a la celebración de todos los santos. Con el paso del tiempo, este nombre se contrajo y se le comenzó a nombrar “Halloween” en los poblados irlandeses católicos. 

Su origen 

A pesar de que existen diversas teorías sobre su nacimiento, los registros más antiguos se remontan a la fiesta pagana de la Feralla, en la antigua Roma, y la celebración del Samhain, en los pueblos celtas. Ambas eran conmemoraciones hacia los difuntos, y mientras la Feralla fue retomada por los católicos romanos y transformado en el Día de Todos los Santos, el Samhain se continuó celebrando entre los pueblos celtas hasta que fueron convertidos al cristianismo y su fiesta se sustituyó por el All-Hallows Eve, por coincidir sus fechas en el calendario. 

Las calabazas decoradas 

Esta distintiva costumbre se originó en Irlanda, derivada de su popular cuento Jack-O-Lantern. Originalmente, los irlandeses ahuecaban rábanos y colocaban una brasa ardiente dentro para formar pequeñas lámparas e iluminar el camino de los muertos con ellas. Al llegar a América continuaron con esta costumbre, pero, al descubrir las calabazas y ver su tamaño, cambiaron los rábanos por éstas, ya que alumbraban mejor y eran más fáciles de tallar. 


Los disfraces 

Uno de las costumbres más características del Halloween es la usar disfraces de personajes sombríos. El registro más antiguo de esta costumbre se remonta a la Francia del siglo XIV, cuando la peste bubónica azotaba a Europa. Las misas para los difuntos eran numerosas, y para hacer más amenos estos eventos lúgubres, se hacían representaciones artísticas con disfraces como homenaje a los muertos, para recordar a la gente su propia mortalidad. Estas representaciones se fueron haciendo cada vez más comunes, hasta que adquirieron un estatus de fiesta como conmemoración a la muerte. 

Dulce o Truco 

Los niños adoran el Halloween por la posibilidad de salir a pedir dulces de puerta en puerta. El “trick or treat” o “truco o trato” proviene de la celebración inglesa de la Noche de Guy Fawkes, celebrada cada 5 de noviembre como conmemoración del fallido golpe de estado católico hacia el rey protestante James I. Los ingleses llevaron esta costumbre a sus colonias en Norteamérica y la cambiaron al 31 de octubre, por lo que la costumbre de salir a pedir regalos se empalmó con la noche de Halloween y se integró a ella. 

Los dulces 

Aunque el origen de pedir dulces proviene de la Noche de Guy Fawkes, los dulces por sí mismos tienen un origen diferente. Los dulces provienen de la tradición medieval católica del Día de Todas las Almas celebrada cada 2 de noviembre, en donde los creyentes iban de pueblo en pueblo pidiendo “tortas de alma”, que eran pedazos de pan dulce; así, mientras más “tortas” recibían, más rezos dedicaban por los fallecidos de las familias a las que pedían tal tributo. 

¿Halloween o Noche de Brujas? 

Aunque popularmente se llama de manera indistinta a esta fecha como Halloween o Noche de Brujas, cada nombre hace referencia a una celebración diferente cuyos orígenes no guardan ningún parentesco. La Noche de Brujas era una de las dos fechas más importantes para los practicantes de la brujería, el ocultismo y el satanismo en la Europa Media. Para ellos, el 31 de octubre y el 30 de abril eran fechas en las que las energías naturales eran más fuertes, y las conmemoraban con aquelarres (reuniones de brujos) para celebrar a las deidades de la naturaleza. Ya que los ritos y simbología de ambas celebraciones tenían muchas similitudes, además de compartir el mismo día, se fueron mezclando hasta el punto de que hoy en día se les llama de manera indistinta.

Con información de: El rincón del vago

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